Programa Catequético
Segundo Nivel
Tema X
Obras de Misericordia Corporales y Espirituales
El amor al prójimo parte desde el
deseo del corazón de cada persona que quiere amar a Dios, vivamente.
Las obras de misericordia son
acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus
necesidades corporales y espirituales (cf Is 58, 6-7: Hb 13, 3).
«¿No saben cuál es el ayuno que me agrada?
Romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los
oprimidos y romper toda clase de yugo. 7.Compartirás tu pan con el hambriento,
los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no
volverás la espalda a tu hermano».
Is 58, 6-7
«Acuérdense de los presos como si estuvieran con ellos en la cárcel, y
de los que sufren, pues ustedes también tienen cuerpo».
Hb 13, 3
1. ¿Cuál es el
primero y más importante de los mandamientos?
Esta es una pregunta que un día
le plantearon para ponerlo aprueba y la respuesta del Señor fue contundente:
«Amar al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda
tu mente este es el más grande y el primero de los mandamientos y el segundo es
semejante a este: amaras al prójimo como a ti mismo»
Mt 22,37-39
Aquí entendemos la relación entre
el amor a Dios y el amor al prójimo.
2. ¿qué viene
primero: el amor a Dios o el amor al prójimo?
El amor a Dios es el que impulsa
la caridad y la misericordia en nuestro interior, por eso la mayor prueba de
que amamos a Dios, es que amamos al prójimo, el amor al prójimo es el fruto de
nuestro amor a Dios.
3. ¿qué
significa misericordia?
Es una palabra que tiene su
origen por dos palabras del latín
Miser= miseria.
Cordia=corazón.
Misericordia: significa sentir con el otro sus miserias y necesidades, y –como
consecuencia de esa compasión (sentir con) – ayudarlo, auxiliarlo.
4. ¿En qué
parte de la Biblia hay una lista sobre cómo mostrar nuestro amor al prójimo de
modo concreto?
En la descripción del Juicio
Final que el mismo Jesucristo nos da en el Evangelio de San Mateo.
«Tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber;
forastero y me recibieron en su casa; sin ropas y me vistieron;
enfermo y me visitaron; en la cárcel y fueron a verme».
(Mt. 25, 35-36)
5. ¿cuáles son
las Obras de Misericordia corporales?
En total son 14: 7 Corporales y 7
Espirituales.
OBRAS CORPORALES DE MISERICORDIA
1. Dar de comer al hambriento
2. Dar de beber al sediento
3. Dar posada al necesitado
4. Vestir al desnudo
5. Visitar al enfermo
6. Visitar a los presos
7. Enterrar a los muertos
4. Y ¿de dónde
sale la lista de las Espirituales?
La lista de las Obras de
Misericordia Espirituales la ha tomado la Iglesia de otros textos que están a
lo largo de la Biblia y de actitudes y enseñanzas del mismo Cristo.
5. ¿cuáles son
las obras de misericordia espirituales?
1. Enseñar al que no sabe
2. Dar buen consejo al que lo
necesita
3. Corregir al que está en error
4. Perdonar las injurias
5. Consolar al triste
6. Sufrir con paciencia los
defectos
de los demás
7. Rogar a Dios por vivos y
difuntos
6. Amor a Dios
y amor al prójimo, como los maderos de la Cruz:
Se ha comparado el doble
mandamiento del amor a los maderos que forman la cruz de Cristo:
. el
madero vertical representa nuestro amor a Dios, pues va en sentido hacia
arriba, hacia el Cielo, es el ue sostiene al medero horizontal.
. el
madero horizontal representa el amor a los demás, a los semejantes, a
los que están a nuestra altura, pues va en sentido lateral.
7. ¿cómo nos
beneficia a nosotros el hacer Obras de Misericordia?
Quien ejerce el amor al prójimo
desde el amor a Dios recibe gracias, pues con las obras de misericordia, está
haciendo la Voluntad de Dios. “Den y se les dará” (Lc. 6, 38).
Es una manera de ir borrando la
pena purificante que merecen nuestros pecados ya perdonados (Purgatorio) es
mediante obras buenas. Obras buenas son, por supuesto, las Obras de
Misericordia. “Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos alcanzarán misericordia”
(Mt.5, 7), es una de las Bienaventuranzas.
Además, las Obras de Misericordia
nos van ayudando a avanzar en el camino al Cielo. Es como si ahorráramos para
el Cielo. “Acumulen tesoros en el Cielo” (Mt. 6, 19 y 20). Al seguir estas
palabras del Señor cambiamos los bienes temporales por los eternos, que son los
que valen de verdad.
8. ¿Cómo
podemos entender las obras de misericordia?
Vamos a ver cada una de las Obras
de Misericordia, comenzando por las Corporales. Vamos a buscar primero ejemplos
de la Biblia y luego ejemplos prácticos.
1. DAR DE
COMER AL HAMBRIENTO
2. DAR DE
BEBER AL SEDIENTO
Estas dos primeras son
complementarias y se refieren a la ayuda que podemos dar en alimento o en
dinero a los necesitados.
Los bienes que poseemos, ¡si son
bien habidos!, también nos vienen de Dios. Y debemos responder a Dios por éstos
y por el uso que le hayamos dado. Dios nos exigirá de acuerdo a lo que nos ha
dado
«A quien mucho se le da, mucho se le exigirá» (Lc. 12, 48).
Esta exigencia se refiere tanto a lo espiritual, como a lo material.
3. DAR POSADA
AL NECESITADO:
En la antigüedad el dar posada a
los viajeros era un asunto de vida o muerte, por lo complicado y arriesgado de
las travesías. No es el caso hoy en día. Pero, aun así, podría tocarnos recibir
a alguien en nuestra casa, no por pura hospitalidad de amistad o familia, sino
por alguna verdadera necesidad.
Y no sabemos a quién ayudamos.
Algunos han ayudado a Ángeles bajo formas humanas: A Abraham y Lot les sucedió
esto. Esto lo recuerda posteriormente San Pablo:
«No dejen de practicar la hospitalidad, pues algunos dieron alojamiento
a Ángeles sin saberlo». (Hb. 13, 2)
4. VESTIR AL
DESNUDO:
Esta obra de misericordia se nos
facilita con las recolecciones de ropa que se hacen en Parroquias y otros
centros de recolección. Recordar que, aunque demos ropa usada, no es dar lo que
está ya como para botar o para convertir en trapos de limpieza. En esto también
podemos dar de lo que nos sobra o ya no nos sirve, pero también podemos dar
de lo que aún es útil.
5. VISITAR AL
ENFERMO:
No se trata de visitas sociales,
por cumplir. Se trata de una verdadera atención a los enfermos y ancianos,
tanto en cuidado físico, como en compañía. Y la atención más importante en
casos de vejez y enfermedades graves es la atención espiritual.
El visitar al enfermo incluye el
auxilio a los heridos. El mejor ejemplo de la Sagrada Escritura es el de la
Parábola del Buen Samaritano, que curó al herido y, al no poder continuar
ocupándose directamente, confió los cuidados que necesitaba a otro a quien le
ofreció pagarle (ver Lc. 10, 30-37).
6. VISITAR A
LOS PRESOS:
Esto implica darles ayuda
material y muy especialmente, asistencia espiritual (para ayudarlos a
enmendarse y ser personas útiles y de bien cuando terminen el tiempo asignado
por la justicia).
7. ENTERRAR A
LOS MUERTOS:
El más famoso muerto enterrado y
en una tumba que no era propia fue el mismo Jesucristo. José de Arimatea
facilitó una tumba de su propiedad para el Señor. Pero no sólo eso, sino que
tuvo que tener valor para presentarse a Pilato y pedir el cuerpo de Jesús. Y
también participó Nicodemo, quien ayudó a sepultarlo. (Cf. Jn. 19, 38-42)
Esto de enterrar a los muertos
parece un mandato superfluo, porque –de hecho- todos son enterrados. Pero, por
ejemplo, en tiempo de guerra, puede ser un mandato muy exigente. En Venezuela
hay la foto que dio vuelta al mundo, pues ganó un Premio Pulitzer, de un
Sacerdote, bien identificado con sotana, en medio de un tiroteo en Puerto
Cabello en los años 60, sosteniendo un soldado casi muerto ya.
¿Por qué es importante dar digna
sepultura al cuerpo humano?
Porque el cuerpo humano ha sido
alojamiento del Espíritu Santo. Somos «templos del Espíritu Santo». (1 Cor
6, 19).
NORMAS DE LA IGLESIA SOBRE CREMACION
Y CENIZAS
"La Iglesia permite la
incineración cuando con ella no se cuestiona la fe en la resurrección del
cuerpo" (Catecismo de la Iglesia Católica 2301).
Aunque la Iglesia claramente prefiere y urge
que el cuerpo del difunto esté presente en los ritos funerales, estos ritos
pueden celebrarse también en presencia de los restos incinerados del difunto,
debe darse a los restos incinerados el mismo tratamiento y respeto debido al
cuerpo humano del cual proceden. Este cuidado respetuoso significa el uso de un
recipiente digno para contener las cenizas; debe expresarse en la manera
cuidadosa en que sean conducidos y en el sitio de su colocación final. Los
restos incinerados deben ser sepultados en una fosa o en un mausoleo o en un
columbario (nicho).
La práctica de esparcir los
restos incinerados en el mar, desde el aire o en la tierra, o de conservarlo en
el hogar de la familia del difunto, no es la forma respetuosa que la Iglesia
espera y requiere para sus miembros (Orden de Funerales Cristianos, Apéndice
No. 2, Incineración, No. 417).
Obras de
misericordia Espirituales:
1. ENSEÑAR AL
QUE NO SABE:
Consiste en enseñar al ignorante
sobre temas religiosos o sobre cualquier otra cosa de utilidad. Esta enseñanza
puede ser a través de escritos o de palabra, por cualquier medio de
comunicación o directamente.
«Quien instruye a muchos para que sean justos, brillarán como estrellas
en el firmamento».
Dan. 12, 3
2. DAR BUEN
CONSEJO AL QUE LO NECESITA:
Aquí es bueno destacar que el
consejo debe ser ofrecido, no forzado. Y, la mayoría de las veces es preferible
esperar que el consejo sea requerido, quien pretenda dar un buen consejo debe,
primeramente, estar en sintonía con Dios. Sólo así su consejo podrá ser bueno.
No se trata de dar opiniones personales, sino de veras aconsejar bien al
necesitado de guía.
Ver de nuevo: Dan. 12, 3
3. CORREGIR AL
QUE ESTA EN ERROR:
No se trata de estar corrigiendo
cualquier tipo de error. Esta obra se refiere sobre todo al pecado. Otra manera
de formular esta Obra de Misericordia es así: Corregir al pecador.
Es de suma importancia seguir los
pasos de la corrección fraterna que Jesús nos dejó muy bien descritos:
«Si tu hermano ha pecado, vete a hablar con él a solas para
reprochárselo. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma
contigo una o dos personas más, de modo que el caso se decida por la palabra de
dos o tres testigos. Si se niega a escucharlos, informa a la asamblea (o a los
superiores)». (Mt. 19, 15-17)
Hay que tener en cuenta dos
cosas: que pueda preverse un resultado positivo a nuestra corrección y que no
nos causemos un perjuicio a nosotros mismos, debemos corregir a nuestro prójimo
con mansedumbre y suma consideración. Una corrección ruda puede tener el efecto
contrario
«el que endereza a un pecador de
su mal camino, salvará su alma de la muerte y consigue el perdón de muchos
pecados». (St. 5, 20).
4. PERDONAR LAS
INJURIAS:
“Perdona nuestras ofensas como
nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, es un punto del Padre Nuestro, que
el Señor aclara un poco más en San Mateo, al final del Padre Nuestro:
«Queda bien claro que, si ustedes perdonan las ofensas de los hombres,
también el Padre Celestial los perdonará. En cambio, si no perdonan las ofensas
de los hombres, tampoco el Padre los perdonará a ustedes».
Mt. 6, 14-15.
Perdonar las ofensas significa
que no buscamos vengarnos, ni tampoco conservamos resentimiento al respecto.
Significa tratar a quien nos ha ofendido de manera amable. No significa que
tenemos que renovar una antigua amistad, sino llegar a un trato aceptable,
bueno.
«No se apenen ni les pese por haberme vendido, porque Dios me ha
enviado delante de ustedes para salvarles la vida».
Gen. 45, 5.
Y el mayor perdón del Nuevo
Testamento:
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
Lc. 23, 34.
5. CONSOLAR AL
TRISTE:
El consuelo para el triste o
deprimido se asemeja al cuidado de un enfermo y es muy necesario, pues las
palabras de consuelo en la aflicción pueden ser determinantes. Aquí también se
puede centrar la atención en la conversación con los ancianos, que tanto nos
han dado y que en su vejez requieren que alguien los oiga, les converse, los
distraiga.
6. SUFRIR CON
PACIENCIA LOS DEFECTOS DE LOS DEMAS:
La tolerancia y la paciencia ante
los defectos ajenos es virtud y es una obra de misericordia. Sin embargo, cuando
el soportar esos defectos causa más daño que bien, no se debe ser tolerante,
Con mucha caridad y suavidad, debe hacerse la advertencia.
7. ORAR POR
VIVOS Y DIFUNTOS:
La oración por los demás, estén
vivos y muertos, es una obra buena. San Pablo recomienda orar por todos, sin
distinción, también por gobernantes y personas de responsabilidad, dejando
claro el deseo del Señor:
«Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad».
ver 1 Tim 2, 2-3
Los difuntos que están en el
Purgatorio dependen de nuestras oraciones. Es una buena obra rezar por éstos
para que sean libres de sus pecados. (ver 2 Mac. 12, 46)
Actividad
-
Realice un resumen sobre el
tema.
-
Explique con sus propias
palabras: que obras de misericordia se viven en el interior de su familia.
-
¿Como puedes demostrar el amor
al prójimo en la comunidad en que vives?
-
¿qué acciones tomarías para
fomentar la práctica de obras de misericordia en tu casa, en las familias
vecinas?
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